Seleccionar página

Pareciera que no se hace lo suficiente para enfrentar el cambio climático. Si bien en cierto fue en la década de 1970 cuando se comenzaron a notar los primeros efectos del cambio climático. En 1979 se realiza en Ginebra, la primera Conferencia Mundial sobre el clima, convocada por la Organización Meteorológica Mundial, OMM.

Irrefutables indicios demostraban que se había producido una aceleración en el cambio climático, que podría traer consecuencias sobre la vida en el planeta. El principal indicio fue el incremento de la temperatura a nivel mundial. Se había generado una especie de capa, que restringía la liberación de la energía térmica.

Esta capa, se determinó que estaba formada por lo que se llamó los gases con efecto de invernadero, GEI. El principal de estos gases era el CO2, que había aumentado de manera considerable. Gracias a la actividad industrial y al uso de combustibles fósiles no renovables. Por esta razón la OMM, convocó a la primera conferencia mundial sobre el clima, ante el alarmante efecto del calentamiento global.

Es así como fueron convocados expertos internacionales, delegados de más de 50 países y representantes de la PNUMA, la FAO, la OMS, la UNESCO. Los objetivos fueron claros, además de analizar el efecto del clima sobre el planeta, se estudiarían las posibilidades de ejercer científicamente una mayor vigilancia, y buscar la manera de desacelerarlo.

Para ello, se estableció el Programa Mundial sobre el Clima (PMC), bajo la responsabilidad conjunta de varios organismos. Específicamente quedaron responsables La OMM, la PNUMA y el Consejo Internacional de la Ciencia.

Sin embargo, fue diez años más tarde, cuando se creo el IPCC o Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Un año después, este IPCC produce su primer informe, confirmando la veracidad del fenómeno del Calentamiento Global, como amenaza para la vida en el planeta.

Luego en 1990, se realiza la segunda Conferencia Mundial sobre el Clima, celebrada nuevamente en Ginebra. Esta da como resultado la aprobación de la resolución 45/212 de la ONU. La cual pone en marcha las negociaciones para crear una convención sobre el Cambio Climático. Esta Convención quedaría bajo la responsabilidad del Comité Intergubernamental de Negociación, CIN.

El CIN se reúne por vez primera en 1991. Luego de 15 meses de negociación en 1992, los países adoptan la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

La nueva Convención entra en vigencia en 1994

La primera Convención conocida como COP1, se reunió en Berlín, en 1995, en ella se aprueba el Mandato de Berlín.

En 1997, durante la celebración de la COP3, se aprueba el Protocolo de Kioto. Este Protocolo es un acuerdo firmado por los países, con el objetivo de reducir las emisiones de gases con efecto invernadero. A pesar de que fue adoptado en 1997, lamentablemente no entró en vigor hasta 2005. Fue ratificado por 187 países, en 2007.

Este protocolo comprometía a reducir las emisiones de GEI, en un 5% para el periodo 2008-2012. Los GEI fueron el CO2, Metano, Óxido Nitroso, gases hidrofluorocarbonos, Perfluocarbono y hexafluoruro de azufre. Para 1990 las emisiones de GEI alcanzaban el 100%.

Posteriormente suceden las reuniones anuales de la Convención para el cambio Climático. Sin embargo, no son muchos los resultados obtenidos. Así se establece en 2001, cuando realiza la COP7 en Marrakech, Marruecos, donde se reanuda la COP6 y es presentado el tercer informe de la IPCC. En 2002 en Nueva Delhi, India, se realiza la COP8, donde son examinados los progresos obtenidos desde 1992.

Llega 2015 cuando se realiza la COP21, en Paris, Francia. En esta se produce el histórico “Acuerdo de Paris”, que llevará a intensificar las acciones para combatir el calentamiento Global. Se plantea la reducción drástica de las emisiones de CO2, para asegurar un futuro sostenible.

Este Acuerdo de Paris, propone las medidas para que los países aumenten su capacidad para enfrentar el Cambio Climático. Además, de mantener el incremento de temperatura por debajo de los 2°C. Este acuerdo obligó a las partes a informar de manera periódica las emisiones producidas en su territorio. Realizando un inventario mundial cada cinco años.