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El Coronavirus ha obligado a la población mundial a disminuir la contaminación. Efectivamente el Coronavirus le está hablando no solo a los gobiernos y empresarios, le habla a toda la población mundial. El confinamiento obligado de las personas, está demostrando que los mayores propulsores del calentamiento global y la contaminación del ambiente, son las personas.

Efectivamente, lo que comenzó a notarse en China, se ve ahora a nivel mundial. Si bien las imágenes satelitales publicadas por la NASA y la Agencia Espacial Europea muestran una reducción dramática en las emisiones de dióxido de nitrógeno. Muy visible en las principales ciudades chinas, entre enero y febrero.

Disminuye la contaminación del aire

La nube visible de gas tóxico que se cierne sobre las centrales industriales casi desapareció. Según informe del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China, se produjo un aumento del 21,5% en el número de días sin contaminación atmosférica. El Coronavirus ha producido una drástica mejora de la calidad del aire.

También en Europa, se han producido cambios con una mejora drástica de la calidad del aire. En el norte de Italia los niveles de dióxido de nitrógeno han disminuido. Según se evidencia en los datos del satélite Sentinel 5P. En estos datos se observa una reducción significativa de la contaminación atmosférica, entre el 1 de enero y el 11 de marzo de 2020.

Pero la gran noticia ha sido Venecia. Los canales de Venecia se han mostrado completamente limpios. Aguas cristalinas y hasta bancos de peces, han sido reportados por las personas. La disminución de los vertidos y la reducción del tráfico de embarcaciones, han tenido efectos positivos.

Los sedimentos arrastrados por las embarcaciones vuelven al fondo. Reduciendo considerablemente el agua turbia pudiéndose ver el fondo de los canales.

Por su parte, en Madrid, España según datos, se ha reducido la contaminación atmosférica hasta en un 35%, Los datos tomados diariamente por el Sistema de Vigilancia de Calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid demuestran que la calidad del aire ha pasado a la categoría “muy bueno” en los cinco distritos de la ciudad.

De igual manera en Barcelona, se tiene que las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) se redujeron a la mitad tras los días de confinamiento. Así lo demuestran los datos suministrados por la Generalitat.

Asimismo, las fuentes de la Agencia Espacial Europea, indican que en EEUU también ha disminuido la contaminación. Efectivamente se ha producido una disminución de los niveles de NO2 en la atmósfera en Nueva York, Chicago y Los Ángeles. Así lo demuestran los datos arrojados por el satélite Sentinel-5P.

Pero… ¿Qué enseña el Coronavirus de la contaminación?

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La crisis sanitaria provocada por el coronavirus, ha mostrado que sin un cambio de hábitos de las personas, el control del cambio climático se hará muy lentamente. Lamentablemente el coronavirus también ha mostrado que la sociedad solo atiende a lo inmediato, a lo visible. Una sociedad que ha estado de espaldas a lo necesario para controlar el cambio climático.

Es cierto que el cambio climático es la mayor preocupación para el 67% de las personas en el mundo. Pero también es cierto que es la crisis del coronavirus lo que ha logrado despertar la conciencia global. La sociedad ante el coronavirus, ha respondido cambiando hábitos y aceptando medidas extraordinarias.

No así ante el cambio climático, donde todavía tiene que ser justificado entre algunos sectores la importancia de cambiar los hábitos de consumo.

Sin embargo, esta crisis generada por el coronavirus, no puede ser tomada al 100 % como la solución para salvar el planeta. Tomar medidas económicas drásticas, puede llevar a poner en riesgo a las poblaciones mas vulnerables. La perdida de empleos, calculada en 25 millones, solamente generara una gran tensión social y miles de fallecidos.

De acuerdo a esto, la Unión Europea, anuncio el “Gran Pacto Verde”. Así es que hace muy poco tiempo, se llevó a cabo la presentación del borrador de la Ley Climática Europea. Esta ley tiene como objetivo lograr un continente climáticamente neutro para 2050. Este plan requeriría que al menos el 25% del presupuesto de la UE se destine a la acción por el clima.