Por definición, los alimentos ecológicos son todos los alimentos producidos cumpliendo ciertas normas. Estas normas regulan las prácticas agrícolas empleadas en su producción. De manera definitiva, son aceptadas solo las prácticas que minimicen el impacto negativo sobre el medio ambiente. En otras palabras, cuando el productor utiliza practicas amables con el medio ambiente.
Los productores que se involucran en la producción de alimentos ecológicos, generalmente utilizan prácticas como rotación de cultivos. También, se incluye la disminución en el uso de combustibles fósiles. Otra práctica es la limitación del uso de pesticidas sintéticos, así como de antibióticos en los animales. En definitiva, el productor ecológico, tiene como fin producir alimentos más saludables, preservando el medio ambiente
Se incluyen la prohibición del uso de transgénicos, la selección de especies vegetales y animales resistentes a enfermedades.
Así como el uso y aprovechamiento de los recursos naturales cercanos a la unidad de producción. Además, contempla la cría en ambientes abiertos y la alimentación con alimentos orgánicos. Y usando pastos naturales como fuente de alimentos
En otro orden, cada día el consumo de alimentos ecológicos aumenta. Es común encontrar en las estanterías, infinidad de productos “Bio”. Frutas, verduras y carnes, etiquetadas hoy con “eco” “Bio” “orgánico” “natural” pronto aparecerán con la etiqueta “Eurohoja”.
De acuerdo con las normas aprobadas por la Unión Europea, el uso de este símbolo en la etiqueta de los alimentos ecológicos, será obligatoria.
No escapa la agricultura ecológica, de la ley de oferta y demanda. Al incrementarse el consumo de alimentos ecológicos, hay mayor oferta.
Según cifras de la Unión Europea, el consumo de alimentos ecológicos crece entre 10% a 15% anualmente.
Se tiene así que España, no está afuera de estas estadísticas. Al contrario, en muchos aspectos España está por arriba de la media europea. El 52 % de los consumidores españoles, adquiere productos orgánicos
Llama la atención, que en España, los productos de origen animal, gozan de las preferencias. Se tiene así que los huevos, lácteos y sus derivados, ocupan el 69% del total. Seguidamente se menciona a las bebidas ecológicas, como las leches vegetales con un 10% y Yogures con 9%. En cuanto al valor de la producción, se dan cifras que rondan los dos mil millones de euros, en ventas de alimentos ecológicos.
En relación a la superficie dedicada a la agricultura ecológica, se contabilizan 2,2 millones de hectáreas. Estas cifras colocan a España, en el top ten en el consumo de productos “Bio” y “Eco”. Sin embargo, Alemania continúa siendo el líder, con un 30% del mercado, seguido de Francia y Reino Unido, con el 18% y el 9% respectivamente.
¿Es capaz de alimentar al mundo la agricultura ecológica?
Muchos expertos coinciden, en que por sí sola la agricultura ecológica, no es capaz de abastecer de alimentos a la población mundial. Sin embargo, señalan que con medidas como el cambio de dietas, mediante la reducción del consumo de carnes, sería posible.
Es un hecho, que en este tipo de agricultura, los rendimientos de los cultivos son menores, condición que obliga a incorporar una mayor superficie.
En este sentido, otros expertos, señalan que la agricultura ecológica, es un modelo ineficaz de la producción de alimentos. Así se tiene, que es necesario considerar otros aspectos, más allá de la producción y el rendimiento. Por ejemplo, al reducirse la producción ganadera, habría más disponibilidad de superficie para los cultivos.
En este orden de ideas, cabe mencionar que según cifras de la FAO, el 40% de los alimentos cultivados, están destinados a la alimentación animal.
De igual manera, aumentaría la disponibilidad de agua para riego. Los indicadores demuestran que contra los 15.000 litros de agua necesarios para producir un kilo de carne de vacuno, solamente se requieren 2,500 litros para un kilo de arroz. Estas cifras indican que de no producirse un cambio en la dieta y reducción de desperdicios de alimentos, la producción sostenible no será suficiente.
En definitiva, algunos de estos expertos coinciden, en que es la humanidad la que debe hacerse ecológica. Es una realidad, que la agricultura ecológica, ha significado la recuperación de prácticas agrícolas. Sin embargo, se requiere que la producción de alimentos sea económica y esté al alcance de todos.
Según cifras de la FAO, en el mundo se producen alimentos para alimentar a doce mil millones de personas. Es necesario resaltar que la población mundial hoy, es de siete mil millones de personas. Esto indicaría que diariamente se botan mil trescientos millones de toneladas de alimento, lo que significa un tercio de la producción mundial.
Por lo tanto, se infiere, que el problema del hambre en el mundo, no se debe a la escasez, sino a la distribución. De acuerdo a esto se concluye, que el problema del hambre, es provocada por el hombre. Definitivamente se debe señalar la falta de democracia en las políticas alimentarias. En consecuenci, el 12,5 % de la población mundial, pasa hambre.
Es indudable que la principal causa del hambre en el mundo, no es la producción de alimentos, sino la disponibilidad. Las personas que pasan hambre no tienen capacidad para pagar por los alimentos. Y la producción de estos, es cada día más cara.
En este sentido, se señala que el sistema de producción y distribución de alimentos, es en definitiva un modelo para hacer dinero.
¿Son verdaderamente ecológicos?
Es posible asegurar, que en este sentido hay muchas contradicciones. Son varios los aspectos que deben considerarse para tratar el tema. En primer lugar, cabe señalar el uso de pesticidas, que en la agricultura ecológica, deben ser de origen orgánico.
Sin embargo, muchos investigadores señalan, que los pesticidas naturales, no son menos contaminantes que los sintéticos y son requeridos en mayor cantidad que los sintéticos.
Otro aspecto a considerar es el del impacto ambiental. Estudios han demostrado, que si bien las explotaciones ecológicas, tienen una menor huella por unidad de superficie, no lo tienen por producto. Así, que mientras la producción de carne vacuna tiene menor huella, la producción de leche y la carne de porcino, generan más gases invernadero.
De igual manera, se ha determinado que los cultivos de cereales ecológicos, generan más gases invernadero que los cereales convencionales.
Uno de los factores determinantes, es la mayor superficie requerida para producir el mismo volumen de alimento. Lógicamente es necesaria una mayor deforestación, reduciendo la capacidad de almacenamiento de carbono, de los suelos.
Mientras tanto, se tiene que el uso del plástico en los envoltorios. Mientras estos aseguran productos libres de virus y bacteria, tienen un gran impacto ambiental.
Ahora bien, es necesario resaltar, que muchas de las empresas ecológicas, avanzan hacia la solución de este problema. Así se tiene, que ya muchas utilizan el bioplastico, que es además de compostable, inocuo para la salud.